viernes, 18 de septiembre de 2009

Adiós

Adiós, queridos lectores. Ésta es la última entrada de Che Guevara and Debussy, el blog que he estado escribiendo desde hace algo más de dos años. Como sabéis quienes me seguís, mi flamante marido y yo nos mudamos a Estados Unidos y empezamos una etapa nueva en nuestras vidas. Escenario nuevo, estado civil nuevo, vida nueva, blog nuevo.

Ya lo he dicho en otras ocasiones, he volcado mucho de mí mismo en estas páginas, más de lo que pensaba que sería capaz de hacer. He escrito sobre muchas de las cosas que me gustan, bastante sobre las que no me gustan. El acento ha sido más frívolo y camp de lo que yo esperaba al principio, porque me las doy de persona seria, pero ha ganado la petarda que hay en mí.

Se quedan en el tintero muchas cosas. No he terminado la serie de canciones pop perfectas. La siguiente en mi lista, la de los años 60, era "Penny Lane", de los Beatles y su solo de trompeta antológico (canciones finalistas: "I want you back" de Jackson 5, "Sugar Sugar" de los Archies, "Ain't no mountain high enough" en versión de las Supremes; iban todas ilustradas con imágenes de dibujos animados). La canción final, la canción pop perfecta en mi opinión es "Rock with you" de Michael Jackson. Pensaba colgar el vídeo, fantástico (siempre quise bailar así, siempre quise tener esos pantalones -y caber en ellos, claro), sin escribir una sola línea. Y dejar que comentaseis.

Se queda también en el tintero una serie de tres entradas que tengo a medias sobre los mejores títulos de película. No entiendo cómo no hay Oscars para los títulos de crédito, muchos ("North by Northwest", "Vertigo", "Charade", "Alien", "Tacones Lejanos", "Se7en", "Lost Highway", "Catch me if you can", las series "Medium" o "Mad Men", tantos otros) son obras de arte en sí mismos. Me quedo también sin escribir sobre más guilty pleasures (300 millones, "Soldados del amor"), ¿olvidadas? (Addy Ventura -gracias Molano-, Minnie Ripperton, Linda Blair, Tesa de Zombies, Rae Dawn Chong, Toyah Wilcox, Anarcoma), o lo peor de todo (sí, Vicky Larraz -aunque ya sabéis que lo peor no es necesariamente malo-, las All Saints, pero también el obelisco dorado que se está construyendo en la Plaza de Castilla de Madrid). Le había prometido a Notorious una entrada sobre el tipo humano de "la gorda líder", que iba a ser complementado por otro sobre "el gordito pasivo", pero ya no los escribiré. Le había prometido a Theodore otro sobre Deeelite que tampoco haré. Lo siento, de verdad.

Se queda sin escribir una larguísima entrada sobre el Museo Reina Sofía, de cuyo Patronato fui miembro en su día, y que ha desvelado hace poco una nueva exposición de sus fondos permanentes. No dejéis de ir a verla, merece la pena y mucho. Me quedo sin escribir más de diseño y arquitectura, que es casi lo que más me gusta. Iba a empezar una serie de posts sobre cementerios, con una primera entrada sobre Skogskyrkogården en Estocolmo, una segunda sobre el Cimitero Acattolico de Roma y otra sobre San Vito d'Altivole, cerca de Verona. Tengo montones de fotos de escaparates sin usar. Querría haber escrito sobre películas de los primeros 80: "Liquid Sky", "One from the Heart", "Choose me", sobre mujeres escritoras que me apasionan como George Eliot, Edit Wharton o Joan Didion. Me quedo sin escribir más de política, que también me encanta. Y tenía preparada una entrada sobre Malibu Stacey y el post estructuralismo. Seguro que alguien ya ha escrito algo al respecto, y mejor de lo que yo pudiera hacer.

Discutir hemos discutido. Siempre digo lo mismo (os habréis dado cuenta de que me repito más que el ajo, pero no es por la edad -que también- sino porque me dibujaron así), los blogs los hacen los comentarios tanto o más que las entradas, que son una mera excusa para la discusión. Os tengo que estar agradecido infinitamente a todos vosotros, blogueros endógamos, por haber nutrido el blog de Breckinridge de comentarios.

En este extraño ciber-mundo se hacen buenos amigos, y así os considero a todos. No quiero olvidarme de nadie, pero mi primer agradecimiento va para El otro amante y Homo-sapiensis, que ya no están, pero fueron los primeros en leerme y en comentarme. Los siguientes en acercarse aquí, Pe-Jota, Mocho, Josito Montes, gracias mil, de verdad, vuestros blogs son ejemplares, cada uno en su estilo. También le doy las gracias, y muy especiales, al "trío calavera", con quienes he perpetrado crímenes de lesa bloguedad bajo la forma de posts conjuntos sobre vídeos horripilantes y otros aún peores: Coxis, el más sensible y petardo, Polo el más silencioso e inteligente, Theodore el más de lo mejor de todo. Más recientes sois Manuel (el que mejor escribe), Ulises 1B (el bloguero más guapo), Revisión del Interior (el blog que yo querría escribir), Xim, The Aloofness (el bloguero del año), Diana nada a krall (¿dónde estará?), y los novísimos Argax, Molano, Stultifier (que encima me dio un premio, como Josito Montes: ¡gracias!), Uno. Dejo para el final a mis amigos de antes, de ahora y de siempre (parezco Joaquín Prat), Notorious, Pandora, Stanwyck (no hagas lo que hago yo, continúa el blog y thank you for coming), Traveler, Manolo el israelita (que tan poco se ha prodigado, no he sido capaz de engancharlo). De verdad, millones de gracias a todos, también a los que leéis y comentáis por correo, por supuesto.

No puedo seguir escribiendo este blog, me he quedado sin ideas y sin fuerzas. Aprovecho la coyuntura de cambio para dejarlo del todo. Reconozco que es una decisión súbita y no premeditada, pero algo me dice que es lo mejor que puedo hacer ahora y que es el momento adecuado de hacerlo. Seguiré visitando vuestros blogs y, estoy seguro, empezaré un blog nuevo, quizá con el mismo nombre, cuando esté asentado del todo y me sienta con fuerzas y con ganas de hacerlo. Me gusta demasiado esto como para dejarlo del todo. Quizá entonces alguno de vosotros me vuelva a leer. Nada me haría más feliz (Taylor).

Quien quiera estar en contacto lo puede hacer escribiéndome a lopeordetodo@gmail.com. Yo estaré en contacto a través de vuestros blogs, que espero que, al contrario que hago yo, no abandonéis por mucho tiempo.

Os deseo mucha suerte, amor y lujo.

Muchos besos
Adiós

Fernando

viernes, 11 de septiembre de 2009

martes, 8 de septiembre de 2009

La mirada lo dice todo

Estamos cenando en una cafetería, en silencio, mi hija, él y yo. La comida es insulsa. Le miro. No tenemos de qué hablar.

Salimos a la calle, volvemos caminando. El calor de la noche de agosto en Madrid es sofocante. La niña se quita los zapatos, yo los recojo. Él la monta a sus hombros. Se les ve tan felices.

Los miro, los observo. ¿Es ésta la familia que quiero? ¿Es ésta la vida que deseo? ¿Es esto la felicidad que anhelo? ¿Qué es esa música que suena en mi cabeza?

Están regando la calle. No puedo más con el calor, no me resisto y le pido al barrendero que me riegue.

sábado, 5 de septiembre de 2009

La canción pop perfecta: "Sweet dreams my L.A. ex", de Rachel Stevens



Llevo muchos años diciendo que el pop, como la ópera o el jazz, es un género musical agotado y la realidad me demuestra que estoy equivocado. Cuando pensaba que, con la industria musical hundida en el mundo de las versiones baratas (siempre peores que el original, o casi) y el karaoke de los sampleados, por fin tenía razón, la década de los "noughties", la primera del siglo XXI, va y se descuelga con joyas pop inesperadas.

Me ha costado elegir entre mis candidatas finalistas, y podría haberme decantado por cualquiera de todas las que voy a desgranar en esta entrada.



Guille Milkyway es un genio absoluto. Yo conocí a la Casa Azul con el famoso "Amo a Laura", que tengo que decir que tardé en saber si iba en serio o en broma (la cara de zorrón de la chica de azul les delataba). Sólo sabía que la canción era buenísima. De acuerdo que Milkyway recicla fórmulas pasadas, armonías de bossa nova, ritmos be-bop, melodías berlanguianas. Hace ya tiempo que no sigo Eurovisión, pero al Chiqui-chiqui no había quien escapase. Así que vi la final hispana en TV. Y me quedé pasmado con la Revolución Sexual. Es perfecta. Puro Eurovisión de los 70, con el añadido picarón de estribillo a tiempo lento y con piano y subida final de un tono. Armonías fabulosas, letra divertida, intrascendente pero bien escrita y mejor encajada en la música. Tiene un punto añadido para mí y es que los acordes del principio son los mismos, al mismo ritmo, que los de una de las canciones que mi grupo y yo grabamos en mi época pop. Pero no me comparo a Milkyway, ni loco. Espero un montón de este chico, va camino de convertirse en un histórico del pop patrio.



Sophie Ellis (que no José Félix) Bextor abrió la década con Murder on the Dance Floor, que nunca falta en el loop que me pongo para ir al gimnasio. Se la regalé a Stanwyck, que es mucho más moderno que yo, recuerdo escucharla juntos en su casa de Bruselas a todo volumen. El vídeo además me encanta, es muy gracioso, sobre todo "the altogether". Lo mejor de la canción es la frase "I know, I know, I know, I know, I know..:". ¡Qué pómulos! ¡Qué cutis!

También británicas como la Bextor, las Sugababes, que son de lo mejor en cualquiera de sus múltiples reencarnaciones y formaciones (hicieron una versión del Cars de Gary Numan), se sacaron este temazo de la manga. "Overload" funciona con sólo dos acordes. Me encanta cómo usan el ritmo de "Can you feel it", cómo tarda mucho en entrar el estribillo y cómo va subiendo la intensidad de la canción. Las voces son en directo, estas chicas saben cantar.



Tengo que reconocer que me gustan las Destiny's Child. Acabé muy harto de Survivor, como todo el mundo, pero este Bootylicious es bestial, además de muy divertido. Aquí no hay dos acordes. Hay uno solo. Además la cantante principal es Kelly, reina del head slide, y no Beyoncé, que hace sus gorgoritos en el estribillo. La Michelle, como siempre, está de relleno. Todas lucen, como corresponde, muslo en el vídeo, que está muy bien. Música contagiosa. "I don't think you're ready for this jelly".



Hace unos años me dio fuerte con Superstar, de Jamelia, y me sigue encantado. Me encanta la chica, me encantan sus piernas interminables. La canción tiene, como la de las Sugababes, sólo un par de acordes pero ganchos por todas partes: el "E-o, E-o, E-o" de los coros, por ejemplo. El estribillo es una gozada. Tengo que reconocer que la canción tiene un punto a Ottawan. ¿Os acordáis? Fueron lo peor de la música disco, su canción "D.I.S.C.O." con su flautita era repugnante. Pues ésta de Jamelia, que tanto me gusta, tiene la misma guitarra rítmica. Bueno, peor aún era "Hands up", que tendría cabida en el cancionero coxiniano.



Justin Timberlake baila muy bien y es una monada de chico. Además, va mejorando con el paso del tiempo. Ha sido listo y se ha juntado con la gente adecuada, saliendo del circuito de la música-chicle. A mí me gusta muchísimo este "Rock your body", que es puro Michael Jackson, como casi todo lo que hace el bueno de Justin. Hasta dice "girl" exactamente igual que el pobre Jacko (qué tremendo el entierro, ¿no?). Pero es muy mono, se le perdona casi todo.



Y termino con la canción ganadora, cuyo vídeo está al inicio: "Sweet dreams, my LA ex" fue el primer y mayor éxito de Rachel Stevens. (Gracias Theodore, me diste el hint hace no mucho, seguro que apruebas mi elección). Lo decía al principio, he elegido ésta sobre las otras, pero el orden es casi aleatorio, todas me parecen pequeñas joyas pop. Cosas que me encantan de Sweet dreams..: el compás sincopado (12/8 en vez del habitual 4/4), los golpes de guitarra, el puente que rompe estrofa y estribillos monocordes. Y quitando los detalles de baile al estilo Britney, el vídeo está bastante bien, sobre todo los juegos bondage con cintas. Como los que hizo Alaska en directo y se pegó un leñazo monumental en el Palacio de los Deportes.

El pop sigue vivo, esperemos que por muchos años. Me queda una entrada más en esta serie, la que cubre los años 60, década pop por excelencia. Después vendrá la más perfecta de todas.

viernes, 4 de septiembre de 2009

¿Olvidadas? Holly Cole

Se recomienda leer esta entrada mientras se escucha la canción del último vídeo que se incluye en la misma.


Al veranillo de San Miguel (o al de San Martín) en Nueva York, en los países anglófonos, lo llaman "Indian Summer".

Octubre de 1995. Voy caminando por Nueva York, por Broadway, de regreso de la librería The Strand donde me he cargado de lectura para el otoño. Estoy en una etapa muy extraña de mi vida. Cumplir 30 años, estar a punto de cumplir 31, me ha sentado realmente mal. No sé si voy o vengo. Estoy recuperado -creo- de mi última depresión. Pero tampoco estoy seguro.

Hace un día perfecto. Cielos altos, de un azul intenso. Sol brillante. Temperatura cálida para octubre, ideal.

Me gusta estar solo. He empezado a escuchar jazz. Vocal, por supuesto. No sé si ambas cosas están relacionadas. Cruzo SoHo y veo Tower Records. Entro. Subo a la planta primera, que es donde se vende música clásica y jazz. Es una tienda pequeña, da casi la impresión de ser independiente, de no pertenecer a una cadena. Se acerca un chico. Un dependiente. Guapo, de mirada muy intensa. Me dice que si necesito ayuda se la pida. Me sonríe y me da a entender que se lo sabe todo. (Claro que se lo sabe. Todo y más. Pero eso lo descubriré más tarde).

Veo en un estante un disco de una cantante que desconozco por completo, Holly Cole. Piel muy blanca, ojos azules achinados, pelo oscuro. Mirada intensa. Todo en rojo y negro. La chica me atrae muchísimo. Llevo el disco a la caja. El chico (de la mirada intensa) me dice simplemente "great choice". Más tarde me diría más cosas, pero ésas me las guardo.



Una de las primeras entradas de este blog se llamaba "La portada de un libro" y en ella narraba cómo había comprado, por primera vez, un libro sólo al ver su portada, sin saber de qué trataba, algo que no había hecho antes. En esa entrada me refería al momento que he descrito antes. Compré el disco "Temptation" porque me sentí sumamente atraído por Holly Cole. A mí no me gustan las mujeres, pero algunas mujeres me vuelven loco, hasta el punto de haber llegado más allá, mucho más allá, de lo que en mí sería natural llegar con el sexo opuesto.

Holly Cole es canadiense y empezó trabajando con un trío (piano, contrabajo y percusión), haciendo versiones en clave de jazz limpio de canciones de otros músicos, como Lyle Lovett, Johnny Nash o incluso The Who. En el disco Temptation, que sigo escuchando con asiduidad, todas las canciones son de Tom Waits. A mí Tom Waits me parece un compositor excelso de canciones, aunque no comparta su estética vital o su angustia existencial (angustia existencial tengo, pero es de otra naturaleza y dimensión). Holly aportaba su voz aterciopelada y una lectura a la vez más clásica y más moderna de su música.



Vestidito negro corto y botas. Muy 1995. Se lo perdono, me encanta su voz. Y sus ojos.

En su siguiente disco empezó a coquetear con formatos más pop. Se lanzó a hacer una versión, quizá muy literal, del famosísimo Calling You, que Jevetta Steele cantó, diez años antes, en la película Bagdad Café. Que en su día fue la bomba, pero de la que nadie parece acordarse hoy. Bueno sí, los fans de Ana Belén.



Leo en su página web que hace un año publicó un nuevo disco, en clave de jazz puro, después de unos años experimentando con fórmulas más pop. Reconozco que no he seguido su carrera, que me quedé en Temptation y en su disco siguiente, "It happened one night". Me sorprende que una cantante de tal altura no haya realmente tenido una mayor audiencia, pues fuera de Canadá (y de Japón, donde todo es posible) apenas es conocida. A mí me gusta mucho más su voz que la de otra canadiense jazzera, que llegó más tarde que Holly Cole a la escena musical, Diana Krall, pero que ha arrasado en todo el mundo. Claro que Holly no toca el piano, ni está casada con Elvis Costello, ni tiene a Verve detrás.

En Temptation estaba esta maravilla de canción, "I want you", también de Tom Waits, que me sigue encantado, y que sigo incluyendo en todas las recopilaciones de canciones favoritas que sigo regalando. Porque yo regalo listas de canciones elegidas por mí, seleccionadas para personas queridas. Advierto que el clip es como muy cursi y que la canción puede parecerlo si se mira a la vez que se escucha, por eso os sugería que escucháseis mientras leíais. Pero la canción podría estar en la banda sonora de "One from the Heart", ¿verdad que sí?

martes, 1 de septiembre de 2009

Disco 1980

Estamos todos de acuerdo: 1979 marca el cénit de la música disco. Casi todos los grandes himnos del estilo musical que marcó la vida de tantos y tantos de nosotros, llevan esa fecha. Pero el disco no se agota en el último año de la década de los 70, sino que sigue vivito y coleando a principios de los años 80. Yo diría que algunas de las mejores canciones disco se publicaron entre 1980 y 1982. Y de eso precisamente trata este post.

No sé si fue en el blog de Stanwyck, Theodore o Polo que todos comentaron cuando fueron por primera vez a una discoteca. En mi caso fue, a punto de cumplir los 16 (y con el estreno de Pepi Luci Bom in the back of my head), en 1980. Discoteca: Caribiana, en la parte alta del Paseo de la Castellana de Madrid, que luego se convirtió en sala de espectáculos (Martes y 13, los Morancos, etc) y ahora es la tienda de informática del Corte Inglés.

Cuando entré sonaba esto:



El final del tema es muy conocido, "Relight my Fire", pero el inicio es lo que es bestial, levanta a los muertos. Vale, de acuerdo, es música publicada en 1979, pero los DJ de primeros de los 80 utilizaron esta música hasta la saciedad para empezar a llenar las pistas. En 1980 muchos grupos y productores utilizaban la misma fórmula que había elevado el disco a lo más alto, en ocasiones con resultados terroríficos, pero en otros con gran acierto.

The Whispers habían tenido un exitazo en 1979 con "And the beat goes on", y en 1980 nos regalan "It's a love thing". Eran un grupo vocal y de baile. Tengo que reconocer que me encanta el bailarín grandote barbudo y con el pelo afro (los cantantes bigotones clónicos dan algo de grima). La coreografía es maravillosa. Bueno, y me encanta la aparición de Dionne Warwick en el vídeo. Cómo se lo seguía pasando la gente, qué poco duró, qué pena. La estética era aún 70's.



En 1980, la gran diva, Diana Ross, se alía con los chicos de Chic y publica "Diana", uno de sus mejores álbumes, con bombas como "Upside Down", que ya colgué en su día, o este "I'm coming Out", con el rasgueo contagioso y frenético de guitarra de Nile Rogers y que no entiendo como no es el himno gay por antonomasia. Qué raros son los gays, elevando a Esther y a la hermana de Danii y olvidando a Diana. Whatever. Al loro el modelazo, las pieles y el divismo. Nadie le ha llegado ni a la altura del zapato. La música, por cierto, es en directo.



En su día, odié "Funky Town", de Lipps Inc, quizá porque encontraba que todo era muy falso, que no se divertían tanto como Sylvester, Chic o la propia Diana Ross, pero ahora no me puedo resistir a la canción. Estas chicas bailan mal, parecen sacadas (pobres) de una bar de carretera. La moda ya empieza a ser ochentera.



Los neoyorquinos The B.B.&Q. Band aparecían con su "On the beat". No hay imágenes, sólo música, una pena.



Y en 1982 se publica una de las mejores canciones disco de toda la era, "Forget me Nots", de Patrice Rushen , una música venida del jazz. La línea de bajo es espectacular, y aunque estemos en el año del Mundial de Naranjito, el espíritu es puro 1979. Brutal.



También el Funk produce en 1980 alguna de sus mejores obras, como este "Funkin' for Jamaica" de Tom Browne, que ha sido versioneado por uno de mis músicos favoritos de los últimos años, el japonés Towatei (con la colaboración de Les Nubians) y también lo fue por (¡horror!) Mariah Carey para la banda sonora de (¡pavor!) "Glitter". Interesados, pinchad aquí (Stanwyck, en el vídeo sale Mariah por triplicado).



Kool and the Gang, grupo irregular donde los haya, saca también en 1980 uno de sus mejores temas "Get down on it", cuya letra en discotecas españolas la gente tarareaba como "Qué cabrones" (del mismo modo que el "Give me hope Joanna" de Eddy Grant era en ocasiones "Chipirón, Joanna". Lo juro).



Pero el cambio en la música disco de los primeros años 80 lo marca un estilo nuevo, de ritmo algo más lento, con mucha influencia pop (algo que aportó Michael Jackson, a quien dejo fuera de este listado a propósito) que hoy llamaríamos R&B pero que entonces seguía siendo disco. Disco-Pop.

Shalamar fue un grupo fabuloso, encabezado por la divina Jody Watley (ya con hombreras) y con el bailarín Jeffrey Daniel, el que enseñó el Moonwalk a MJ, que produjeron este magnífico "Night to remember", aquí en directo. ¿Quién ese chico con pelucón y pajarita roja que hace coros al fondo? ¡Mi adorado Jermaine Stewart! (Nota para anglófilos: al inicio del vídeo sale, jovencísimo, ¡Jools Holland!)



Algunas luminarias del jazz y el soul se apuntan a la moda disco-pop con un poco de retraso pero con un éxito brutal. George Benson, guitarrista de jazz, arropado por Quincy Jones, da vida a "Gimme the Night", un joyón escrito por un compositor excelso, Rod Temperton. En el vídeo sale una sub-especie de la música disco (favorita de Stanwyck, Coxis -creo- y servidor), el roller-disco. Diversión sobre patines. Lo más. Pero no me enrollo con el roller-disco. Al igual que a Vicky "espasmódica" Larraz, me lo guardo para otra entrada.



Yarbrough and People nos dejaron este estupendo "Don't Stop the Music", con un tempo marcadamente más lento pero irresistible.



Aunque para irresistible y fabuloso, "Just be good to me" de la S.O.S. Band. El vídeo da saltitos de vez en cuando, una pena.



En el Reino Unido no se quedaban atrás y a principios de los 80 el batiburrillo afterpunk neorromántico produjo un hijo bastardo: los chicos de Imagination. O quizá debiera decir chicas, porque lo suyo es muy fuerte. "Music and Lights" es una maravilla. Al loro los modelazos. Ni Loco Mía se atrevieron a tanto. Y eso que a Loco Mía los vestían y estos chicos se vestían solitos.



Termino esta lista, que espero no se haya hecho demasiado peñazo, con algo que tenía preparado para una entrada de la serie "Lo peor de todo". Se trata de "Do you wanna spend the night" de Village People, que habían estado en el momento álgido de la música disco en la cresta de la ola y cuya casa de discos, quizá para demostrarle al mundo que eran un producto prefabricado de medio pelo, convirtió en new romantics e hizo grabar este horror, que ni es disco, ni nada. Pero ahí está para la posteridad.



Os regalo la portada del LP de los Village People "Renaissance" por si no os creéis lo del neo romanticismo. Sí, lo confieso, me compré el LP. ¿Qué pasa?



He decidido dejaros con buen sabor de boca. En anteriores entradas sobre música disco olvidé incluir una de las mejores canciones de aquella época, en este caso de 1979, pero que yo recuerdo de aquella primera noche en Caribiana. Este vídeo no tiene imágenes, pero la calidad del sonido es buenísima. "Heartache number 9", de Delegation.