No sé muy bien por qué hago esto, pero lo
estoy haciendo.
Vuelvo a escribir en éste, mi primer
blog, casi siete años después de la última entrada en la que decía adiós, y lo
hago además con la honesta intención de darle continuidad. Repito que no sé muy bien por qué
lo hago. La era del blog parece terminada, todos estamos ya con medios de satisfacción visual inmediata, que exigen de nosotros cada vez menor esfuerzo y atención. Medios en los que un emoji sustituye a una frase. Del blog nos pasamos todos a Facebook, de ahí a
Instagram, de ahí a SnapChat. Y no,
no voy a dejar de utilizar FB o IG. Pero voy a escribir de nuevo un blog.
Dejé de escribir este blog porque me
mudaba a Estados Unidos, en concreto a Washington, y vuelvo a escribirlo, siete
años después, porque me he mudado a Estados Unidos, esta vez a Cambridge, cerca de Boston. Entre medias,
cinco años en Nueva York y uno en Madrid, el último, que ha sabido a poco. Pero
no hay que dejar pasar las oportunidades en esta vida, y si te ofrecen pasar un
año en Harvard investigando algo a lo que has dedicado la mayor parte de tu
vida profesional no vas a decir que no.
Parte de los años transcurridos, sobre
todo los primeros, desde la última entrada de este blog y ésta que ahora he escrito, fueron relatados
en otros blogs. Entre medias, además de los cambios de residencia, han pasado
muchas cosas, sobre todo las desaparición de algunas de las personas a quienes
más he querido. Pero sigo acompañado por mi maravilloso marido (qué haría yo
sin él) que no sólo se adapta a mis traslados profesionales sino que también me
cuida, me alimenta, me quiere. Y poco más necesito.
Si he decidido retomar este blog y no
abrir otro es porque ha continuado muy vivo. Me sorprende el tráfico de visitas
que generan ciertas entradas, sobre todo tantos años después de haber sido
escritas. Morgan Fairchild y Giannina Faccio tienen mucho tirón, de eso no hay
duda (sobre todo en Rusia, que es donde más me siguen… No, yo tampoco lo
entiendo). La idea es contar mi retorno a la vida universitaria, mi retorno a
Estados Unidos. Y como siempre, abrir el turno de comentarios y hablar,
departir, cotillear, despellejar. Como hacíamos antes. Con el mismo diseño, actual de puro viejuno. Che Guevara and Debussy
to a disco beat. Ése es el espíritu.
Tu le connais, lecteur, ce monstre délicat
Hypocrite lecteur, mon semblable, mon frère!
Tu le connais, lecteur, ce monstre délicat
Hypocrite lecteur, mon semblable, mon frère!