viernes, 15 de mayo de 2009

Antropofreak

Qué buen título para una película, un libro o un blog, ¿verdad? Además no requiere traducción, funciona en casi todos los idiomas. Debería registrarlo. Aunque seguro de que ya lo está. Demasiado bueno para que se me haya ocurrido a mí, que yo si que ando justito de talento. Mejor no lo googueleo. Que me decepciono.

¿Qué cómo se me ha ocurrido? Pues pasando la mañana del día de San Isidro en Madrid solo en casa, sentado ante la pantalla de un ordenador, leyendo y comentando blogs, viendo vídeos en Youtube, contestando a los comentarios de la entrada anterior, comiendo cheetos en homenaje a Britney. Estoy solo este puente en Madrid porque mi chico se ha ido unos días por trabajo a EEUU. A mí antes se me daba muy bien estar solo, pero ahora ya no tanto, la verdad. Hasta el punto de que en momentos como éste me interesa más el mundo virtual que el real. Pero sólo hasta que el mundo real me ofrece cosas de tipo, digamos, antropofreak, algo que el virtual no ofrece.

Yo tuve en la facultad un profesor de derecho penal muy bueno que siempre nos decía que “la realidad supera a la ficción”. Había organizado un grupillo de alumnos de tipo experimental y nos ponía un montón de casos prácticos a resolver, muchos de ellos algo grotescos pero siempre verídicos. Recuerdo muy bien el de una viejecita que en los años 50 ó 60 envenenó a su marido, lo acostó una vez muerto en la cama, durmió abrazada a él, lo descuartizó a partir del día siguiente, fue dejando trozos de su cuerpo en papeleras de su barrio (¿una salidita a la calle? pues se llevaba una bolsita con un pie, una oreja o un omóplato) y se guardó de recuerdo la cabeza en una caja de galletas. Le daba pena tirar la cabeza, confesó compungida cuando al final la pillaron. Qué haría con las partes pudendas, uno se pregunta. ¿Y con los intestinos?

Pues eso, que la realidad supera a la ficción. Encontrábame yo ante la pantalla en la que salen escritas estas mismas palabras cuando veo por el rabillo del ojo a través de la ventana un grupo de gente vestida de chulapos y manolas isidriles llegando a mi plaza. Vivo en pleno centro de Madrid y ese tipo de demostración de localismo colorista se da mucho en mi barrio. Tiene su gracia, siempre que te dejen dormir por la noche, claro. Unos minutos más tarde escucho cantar a un coro. Me asomo a la ventana y no, no era la chica de ayer sino los chulapos y las manolas en corrillo cantando cancioncillas de tipo misa. Yo he ido muy poco a misa en mi vida, por ello soy incapaz de discernir con claridad si eran canciones de misa o no, pero esa impresión me daba. Además, como cantaban muy bien, estaba todo muy ensayado y hasta hacían parte de la instrumentación “a capella”, deduje que tenían que ser gentes de bien. Daba gusto.

Justo cuando me volvía hacia mi pantalla mágica (al no estar mi marido monopolizo su Mac de teclado fluido y pantalla gigantesca) vi que en un piso al otro lado de la plaza estaba un chico, con el balcón abierto, haciendo yoga. O taichi. Cómo me gustó el chico, oye, nunca antes había reparado en él, una monada con su barbita, su pecho peludín al descubierto (llevaba pantalones de deporte, malpensadas) y sus movimientos tan lentos. El punto James Stewart de la situación añadía mucho interés, porque yo soy más fijón que mirón, pero cuando me pongo, me pongo. Mirando y admirándole me encontraba cuando salió su novia y se puso entre medias, hablando por teléfono y fumando en el balcón. Qué ordinaria. Qué poco me ha gustado, tenía pinta de marimandona. Seguro que no se merece un chico tan guapo y sensible.

Me volví a lo mío, a mi pantalla y mis blogs. Pasan unos minutos y, dejándome llevar por la cancioncilla del coro (para entonces ya había un corro de gente a su alrededor, aplaudiéndoles y animándoles, además del típico grupo de turistas holandeses gordos filmándolo todo) me doy cuenta de repente de que la música me suena. Cantaban la melodía las chicas de voz más aguda, los bajos marcaban ritmo y los demás, las voces intermedias, hacían algo parecido a una instrumentación. Yo pensando: “Esto me suena, esto me suena...”. Y justo me doy cuenta de que reconozco la canción cuando se juntan todas las voces y al son entonan: “A quién le importa lo que yo haga, a quién le importa lo que yo diga...”. Me levanté tan raudo como pude y contemplé la escena. Tengo que admitir que ya no me parecieron tan de misa, sobre todo cuando comprobé que dos chicos, uno con barba, alto y delgado y otro rechonchete y con mucho pelo, ambos con gafas, lanzaban al aire las manos abiertas y destapaban el tarro de las esencias de su pluma. Daba la impresion de que los zapatos de chulapo iban a convertirse en stilettos de tacón en un momento total “Rocky Horror Show”. En realidad era un momento antropofreak.

Por un instante pensé que esto era obra de Pasaelmocho. Quienes seguimos su egregio blog sabemos que el Sr. Mocho está en proceso de composición de un “grand opéra”, llamada “Zitronella”, y de verdad que pensé que esto, tan bien cantado, tan bien ensayado (porque estaba ensayado y bien preparado que te cagas) podría encajar en esa obra magna, que por lo que cuenta me da que va a ser un cruce entre Cavalleria Rusticana, Jenufa y Dinorah (pero sin la cabra). Como no tengo el honor de conocer en persona al señor Mocho intenté identificarlo (siguiendo los indicios que deja en su blog), pero su papel natural en este montaje habría sido el de director del coro y ese puesto estaba ocupado por una gorda líder de pro (escribiré pronto sobre la gorda líder, lo prometido es deuda). Aunque no quería quitar ojo al espectáculo de la calle me volví un segundo a la pantalla y comprobé en su blog que el Sr. Mocho se encuentra, como todos los residentes de Madrid con dos dedos de frente y al menos 50 euros en el bolsillo, fuera de la ciudad. Es decir, que no podía ser obra suya. Una lástima, habría podido invitarle a una limonada. Otra vez será.

La verdad es que los miembros y miembras del coro eran por lo demás de lo más variopinto, había todo tipo de edades, tamaños y condición. La situación me recordó por algún motivo a otro momento antropofreak que viví hace como un cuatro de siglo en la celebración de una primera comunión en una iglesia “bien” de un barrio madrileño con muchos posibles. El convite fue en la sacristía de la iglesia, organizado por unos curas muy bien dispuestos, que se desmelenaron, literalmente, cuando la DJ (una monja con toca marrón) puso “Like a Virgin” de una tal Madonna. Edificante. También me recordó al día que mi amiga Anabel montó a un grupo de curas a un escenario a hacer una coreografía al son de “Fresas salvajes” de Camilo Sesto. En Mozambique, que tiene aún más mérito.

Me está gustando esto del antropofreak, fíjate. Igual hasta doy comienzo una nueva serie de entradas. Podría hablar en ellas, por ejemplo, de los tipos que se ven en los aeropuertos. Es que no me puedo creer que aún no haya escrito sobre aeropuertos, si me paso media vida en ellos y se ven las personas más interesantes, a la par que disparatadas. Si es que voy sin rumbo.

18 comentarios:

theodore dijo...

Mecachis en los mengues. Iba a meterme yo en la fight sobre Antonio Vega y me encuentro este nuevo y brillante post. Yo quiero una flojera bloguera como la tuya, desde luego.

Y nada, como estoy trabajando, ya pasaré a comentar con más detenimiento a la noche.

Taluego :-)

theodore dijo...

Ah, yo que tú googleaba Antropofreak, lo mismo te llevas una grata sorpresa... ;-)

Squirrel dijo...

Métete en el catfight, métete, plis.

Squirrel dijo...

Ya he googueleado, y me he llevado una sorpresita.

Pandora dijo...

Quién ha dicho que el mundo virtual sea menos real que el no-virtual?

Maravilloso momento " A quién le importa". De momentos así está hecha la vida...
Si nos metemos en el mundo antropofreak, nos va a dar para mucho... lo sabes. Aunque siempre he pensado que la antropofreakez está en el ojo del observador y no el observado...

Pandora dijo...

Y hablando de frikis, no me has dicho nada de Nicolasa y Victoria, snifffff, sniff

Anónimo dijo...

Te veo saltando por la ventana y pidiéndoles un bis de Antonio Vega (es broma, estábamos to-tal-men-te de acuerdo).

Qué distintos son los países y "sus gentes" (plural LO PEOR). Justo el fin de semana pasado flipé con unas con una pinta de mormonas, o de la secta davidiana, o vete tú a saber qué, blancurrias, con moño bajo, vestidos de flores de manga larga y hasta los tobillos y adidas jesucristo, todo HORRIBLE, cantando a capella California Dreaming debajo de un árbol, con una pinta de estar totalmente locas que daba miedo.
En USA es impensable un momento antropofreak. la gente ES freak.

A ver si curro...
Notorious
PS: que no es que me olvide la contraseña, es que no puedorrrr registrarme derdeste ordenador.
PS2. Dila lo que la guste a Pandora y luego dime a mí algo de "estoy releyendo a Gabo".

Squirrel dijo...

Pandora, el momento A quién le importa ha sido momento Pandora total. Últimamente me pasan cosas tan disparatadas como las que te pasan a ti. ¿Crees que me estoy volviendo tú? ¿Puede el mundo con dos cmoo tú? ¿Te estás volviendo yo? Y perdóname pero no pillo lo de Nicolasa y Victoria, ¿era en el post anterior? Por cierto ayer estuvimos hablando de ti sin parar, sobre todo yo, que dije perrerías sobre ti.

Qué bueno lo de las monjas del California Dreaming. El freakismo no tiene fronteras, por eso hay que hacer estudios antropofreak. Y, tienes razón, no comenté: "estoy releyendo a Gabo" es tan horripilante que no se me ocurre nada medianamente equivalente. Pero sigo pensando.

Love and kisses para ambas.

coxis dijo...

hijo mío qué texto... HItchcockiano-Almodovariano-Belanguiano (es que esta mañana me he puesto en el dividí La escopeta nacional para amenizar los Special K...)
y desde luego que si esto es la flojera bloguera cómo será cuando lleguen las lluvias...

buen domingo y que tu mozo vuelva de los States con muchos regalos y besos

coxis dijo...

no Belanguiano, sino Berlanguiano, obviamente...

Pandora dijo...

Qué mas quisiera yo que convertirme en ti/tú...
Evidentemente el mundo no puede con 2 nosotros. Por lo menos Madriz, por eso me he tenido que ir.
Nicolasa y Victoria es mi última crónica.
Peor que "estoy releyendo a Gabo"( quién lo ha dicho?) es, "estoy releyendo a los clásicos".
Y a mi me pasa lo mismo que a Notorious.Cada vez me tengo que registrar... coñazo...
Y la última película de Amenabar, "Agora"? arggggggg
Ya la Asociación " Frikis sin fronteras!"

Squirrel dijo...

Coxis, Belanguiano me ha encantado, al principio he pensado, "Glups, no sé de quíen habla", luego he caído...
Pandora. mira que yo no soy muy fans de Amenábar, pero Ágora me va a gustar, va del daño que hizo el cristianismo a la cultura clásica, es "cookie"total, o eso creo... Y quñe razón tienes, Madrid no podía contigo y conmigo, pero y el descosido que has dejado en mi corasón? Africana mía!

Stanwyck dijo...

Como ya han dicho otros, ¡qué envidia tu flojera!
Tu momento "A quién le importa" es total, pero to gana Notorious con su "California Creamin'".
Lo peor, siguiendo el hilo de la entrada anterior y de esta, es la gente que se toma en serio y se muere porque la gente registre sus movimientos. Aparentar, lo que sea, es lo peor.

Squirrel dijo...

Stanwyck, "California creaming" es muy sucio, o a l mejor lo es mi mente... Si es que el camp es lo que marca la diferencia. Ayer estuve en el reina Sofía y lo de Juan Muñoz, que tanto me había gustado en el pasado, me dejó totalmente frío. Se tomaba demasiado en serio a sí mismo, a su lugar en la historia del arte... No hay camp.

Stanwyck dijo...

En mi confusa mente, "California Creamin'" era una película menor de Tracey Lords -a quien le tendría que haber ido mejor en su salto a las películas para todos los públicos; véase "Cry Baby"-, pero, hecha una búsqueda en Google, descubro que no, que para nada. Hay una porno llamada así, pero hay también libros, blogs, discos que usan la frasecita.
Es que la Lords es muy camp. Tal vez no tanto como Linda Lovelace, pero bastante.

Pandora dijo...

Que bonito lo de "un descosido en el corazón..." de verdad. Aunque a estas alturas sabemos que, un buen zurcido...

Completamente de acuerdo con Stanwyck. Lo peor es la gente que se toma en serio.
Oye, pues si Agora trata de eso, hay que verla. Pena no estar en Madrid y organizar un visionado para cookies...
(Cry Baby, maravillosa película)

Mocho dijo...

¡Jo!
Gracias por la referencia.
En esos momentos yo estaría intentando asesinar a cantantes de fados, pero gracias por imaginarme, jejejeje.

Luego me lo leo entero todito y con comentarios, que la cabeza no me da para más

Squirrel dijo...

Pandora, escribo poesía sin saberlo (como M. Jourdain, que hablaba en prosa sin saberlo). Leo tu comentario y me digo, ¿qué es eso tan cursi del descosido en el corazón? Y resulta que lo he escrito yo. Si es que tu partida me dejó como vaca sin cencerro.

California Creamin' me sigue pareciendo buenísimo, Barbara. Y de Tracy Lords, fans absoluto.

Sr. Mocho, "noblesse oblige", por eso te cito. Recuerdos a Maritza.