domingo, 23 de septiembre de 2007

Irresistible

Me descubrieron hace poco esta maravilla en youtube (¿Cómo era el mundo antes de youtube? Me cuesta recordarlo pero desde luego era peor). Sylvie Vartan canta "Irrésistiblement", uno de sus grandes éxitos de finales de los 60, cuando ya estaba casada con Johnny Halliday pero antes del terrible accidente de tráfico que la dejó totalmente desfigurada. Tuvo que pasar por muchos meses de cirugía plástica reconstructiva para continuar siendo el sex-symbol que siempre ha sido y, cuarenta años después, sigue siendo.

Me pregunto si una artista que no fuese francesa podría, en plenos años sesenta, haber dicho cosas como "Todo me arrastra irresistiblemente hacia ti... Todo me encadena irresistiblemente a ti..." y quedarse tan tranquila en su micro falda de cuero y sus botas de mosquetero por encima de la rodilla. La puesta en escena es lo mejor: las bailarinas, vestidas de Barbarella y peinadas de Betty Boop, con un toque de las muchachas-flor del Oro del Rin, bailando de modo sincopado como si fuesen robots que reciben órdenes. Y Sylvie Vartan, con su cintura imposiblemente fina y las piernas más largas que uno pueda imaginar, ni canta ni baila mucho, pero es sencillamente perfecta, como la propia canción, una joya pop con toques de "chanson" francesa. Incluye además un eco exagerado al final de la última estrofa que en su época debió ser el colmo de la modernidad tecnológica. Me pregunto si los Zombies lo copiarían para Groenlandia. Desde luego se parece.

Hurgando un poco en su historia uno se da cuenta de que Sylvie Vartan era un ejemplo, ya entonces, de la sociedad multicultural que era (y es: su actual Presidente puede dar fe de ello) Francia. No dejaba de ser una emigrante, nacida en Bulgaria, hija de padre de origen armenio y de madre húngara-búlgara. Pero pocas mujeres más esencialmente francesas puede haber que ella. Hay otro vídeo, posterior y quizá menos auténtico pero mucho más camp y divertido, con unos bailarines con trajes estilo Austin Powers y bailarinas con unos moños cardados que desafían la gravedad. Se puede ver aquí.

Si uno ve fotografías actuales de la Vartan, se encuentra a una mujer aún delgada y sumamente atractiva, en apariencia 20 años más joven. Y lo mismo se puede decir de sus contemporáneas France Gall, Françoise Hardy y las británicas trasplantadas a Francia Jane Birkin y Charlotte Rampling. La excepción es Brigitte Bardot, pero imagino que se debe a lo mucho que desgasta ser de extrema derecha. No sé qué tendrá Francia que hace que las mujeres, propias o importadas, conserven e incluso aumenten su atractivo con el paso de los años. Y soy consciente de que no he incluido en la lista a Catherine Deneuve. Debe ser el champagne o la sopa, pero tiene que haber algún truco, no pueden ser sólo genes o factores exógenos.

En España en aquella época no había nadie equivalente. Incluso mezclando generaciones sólo cabe destacar a Concha Velasco, que se conserva muy bien, a Marisol, de quien se sabe poco, a Rocío Dúrcal, la pobre, o a Karina, uno de mis grandes ídolos de infancia, que no ha envejecido demasiado bien. No teníamos en la España de la autarquía y del desarrollismo a nadie multicultural, salvo que incluya a Donna Hightower, o (en un momento posterior) a Betty Missiego o Mayra Gómez Kemp. Terreno en el que, de momento, no me quiero meter. Quizá Ana, de Ana y Johnny, con su cuerpo menudo y su voz enorme, podría haber sido nuestra gran superviviente pop. Pero su carrera, tras ser liberada del pudor en un momento fundamental de nuestra historia, no tuvo continuidad, aunque algunos no la olvidemos. Volveré sobre Ana y Johnny.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Además, las españolas envejecen mal. Se les pone cuerpo de dependienta del corte inglés.