sábado, 1 de diciembre de 2007

Ellas también necesitan amar (I)

Como en noviembre sólo he escrito una entrada, y además del tipo quejumbroso, he decidido que tengo que desquitarme y proporcionaros, queridos lectores, material para la reflexión durante las fechas tan señaladas que ya tenemos encima.

En alguna entrada anterior dije que me encantan las listas. Como el iPod te permite hacer listas de canciones, he aprovechado la posibilidad para hacer unas listas completísimas para ocasiones diversas. Una de ellas lleva el mismo título que este post, "Ellas también necesitan amar" y es sorprendente como, a lo largo de canciones interpretadas por mujeres, se pude trazar mi vida entera. Todos mis recuerdos están vinculados a canciones y músicas diversas, imagino que le pasa igual a todo el mundo, pero en mi caso son voces femeninas las que marcan el paso del tiempo.

Tengo que reconocer aquí que apenas tengo recuerdos de mi primera infancia, es casi como si mis primeros 10 años de vida no hubiesen existido. Mis primeros recuerdos musicales pasan por Eurovisión y por mi devoción por Karina. Los 70 fueron la época dorada del concurso europeo de canciones. Nunca me cansaré de escuchar "L'oiseau et l'enfant" de Marie Myriam, o, sobre todo, "Tu te reconnaîtras" de Anne Marie David, la mejor canción que haya ganado nunca el Festival de la canción (fiajos en el vídeo, eso sí que es un buen corte de pelo). Lloré como lo que era, un niño pequeño, cuando Karina perdió (porque quedar segundo es, más que nada, perder) en Dublín en 1971 con "En un mundo nuevo y feliz". Recuerdo como si lo estuviese viendo su vestido color aguamarina de falda maxi y escote atrevido para la época (al menos en España), con un gran círculo recortado a los pies. Mi madre decía que ese círculo parecía una mancha de aceite. Pero yo sufrí mucho cuando perdió a manos de una monegasca petarda y teñida, Sévérine, que se alzó con la victoria con "Un banc, un arbre et une rue". Bonita canción, pero nunca la tendré en mi iPod.

Además de canciones eurovisivas, los años 70 están recogidos en mi lista con joyas de la música de baile: "Fly, robin, fly" de Silver Convention abre la etapa disco, que continúa con Tina Charles y su "I love to love" (el primer disco que me compré), "Mellow lovin'" de Judy Cheeks (¿Qué les ha pasado a los peluqueros? ¿Por qué en los 70 hacían maravillas y ahora sólo hacen horrores?), "Scotch and soda" de Manhattan Transfer, "If I can't have you" de Yvonne Elliman (la María Magdalena de la versión de Hollywood de JesusChrist Superstar), "Lost in music" de las divinas Sister Sledge, "Yes sir I can Boogie" de Baccara, "Forget me nots" de Patrice Rushen (quizá la mejor canción de la época disco, ya en los 80; el clip que he puesto es un montaje sobre una secuencia de una de las mejores series de televisión de todos los tiempos: la primera temporada de "The L word") y termina con Debbie Harry y "Heart of Glass" de Blondie, también ya del año 80, "Xanadu" de Olivia Newton-John, y las Hermanas Goggi y su "Estoy Bailando", que no está en Youtube, algo inaudito y sumamente injusto.

El final de los 70 es la época mejor representada en mi discografía. Ya he hablado de ellos, de lo que significa esa época para mí, así que no me extenderé más. Tengo que puntualizar que además del disco y de Eurovisión para mí una influencia fundamental en los 70 fue la música folk, sobre todo americana. Me encantaría poder incluir al "Glam" en esta lista, pero quizá porque aquí tuvo poca entrada no me marcó demasiado y no lo descubrí hasta mucho después. Aunque conservo sobre todo canciones folk cantadas por hombres, a veces estaban escritas por mujeres, como el "You've got a friend" de Carole King al que puso voz uno de mis cantantes favoritos, James Taylor. Nunca he tenido un espíritu hippie muy marcado, la verdad, pero hay dos canciones que no podían faltar en mi lista y que me emocionan por igual: "Chuck E's in love" de Rickie Lee Jones (una pedorra formidable, llevaba siempre unas gorras de escándalo aunque no en el clip que he encontrado) y "Chelsea morning" de Joni Mitchell. Quizá Ana y Johnny también estén en esta categoría, llamémosla "folk". En una futura entrada comentaré lo que supone para mí el 68 y todo el movimiento hippie-libertario que lo sigue. Nunca me ha interesado mucho. Hasta ahora.

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